Melamil®
Complemento alimenticio a base de melatonina al 99% que ayuda a conciliar el sueño
La vuelta al cole no solo marca el fin de las vacaciones de verano, sino que también representa un momento de transición tanto para los niños como para los padres, donde se regresa a la rutina diaria y se restablecen los hábitos que se han relajado durante los meses estivales. Durante el verano, es habitual que los niños disfruten de una mayor flexibilidad en sus horarios, lo que generalmente se traduce en acostarse más tarde y, como consecuencia, experimentar dificultades para levantarse temprano. Este cambio en la rutina puede llevar a la adopción de hábitos de sueño irregulares, lo que dificulta el regreso a los horarios habituales cuando comienza el nuevo curso escolar.
Para muchos padres, esta vuelta a la normalidad representa un auténtico desafío, ya que no solo deben ajustar sus propios horarios, sino también tienen que ayudar a sus hijos a recuperar una rutina de sueño adecuada. Es importante que los niños duerman lo suficiente para estar descansados, llenos de energía y preparados para afrontar días completos de aprendizaje. Un horario de sueño regular no solo es fundamental para su rendimiento académico, sino que también juega un papel clave en su desarrollo físico, emocional y cognitivo.
La transición de las vacaciones al colegio requiere paciencia, disciplina y una planificación cuidadosa. Sin embargo, con algunos ajustes sencillos, los padres pueden facilitar este proceso y asegurar que sus hijos comiencen el nuevo curso escolar con el pie derecho. A continuación, te ofrecemos algunos consejos prácticos para ayudar a tu hijo a recuperar una rutina de sueño adecuada:
Uno de los errores más comunes que cometen los padres al intentar recuperar la rutina de sueño de sus hijos para la vuelta al cole es realizar cambios repentinos en los horarios un día o dos antes de que comiencen las clases. Alterar de manera abrupta el horario nocturno puede generar estrés en los niños, dificultando su adaptación y provocando resistencia a la hora de dormir. Por este motivo, es aconsejable iniciar el proceso de ajuste de manera gradual, adelantando tanto la hora de acostarse como la de levantarse en intervalos de 15 a 20 minutos cada dos o tres noches.
Prepararse para la hora de dormir debe ser uno de los momentos favoritos de los niños. Para conseguirlo, los padres deben trabajar con sus hijos para crear una rutina que les haga ilusión y que disfruten para que la transición de las vacaciones de verano al colegio les resulte más atractiva. Esto puede incluir bañarse o ducharse con agua caliente, leer un libro o un cuento antes de dormir, o escuchar música relajante. Es importante que este ritual antes de dormir sea el mismo todos los días para que el cuerpo se acostumbre a la rutina de sueño.
Diversos estudios sugieren que los niños que se exponen a la luz azul antes de acostarse experimentan un sueño de peor calidad. Se cree que la luz azul de las pantallas de los teléfonos móviles, tablets y ordenadores portátiles interfiere en la producción natural de melatonina, una hormona que juega un papel importante en el control del ciclo sueño-vigilia y prepara el cuerpo para el sueño. Para evitar posibles dificultades para dormir y recuperar la rutina de sueño, es recomendable animar a los niños a evitar el uso de dispositivos electrónicos al menos 45 o 60 minutos antes de acostarse, con el objetivo de garantizar que el cuerpo produzca la melatonina necesaria para que se duerma fácilmente.
El entorno en el que duerme el niño influye en su calidad de sueño. Un ambiente adecuado puede ayudar a recuperar la rutina de sueño y facilitar un sueño reparador. Los padres desempeñan un papel importante en la creación de un entorno de sueño óptimo para sus hijos. Estas son algunas de las medidas que pueden tomar para garantizar un ambiente de descanso ideal:
La actividad física regular tiene un impacto positivo en la salud general, y también favorece el sueño y reduce el estrés. Los padres deben animar a sus hijos a jugar al aire libre o a participar en actividades familiares que impliquen movimiento físico. Cuanto más activos estén durante el día, más probabilidades tendrán de dormirse antes a la hora de dormir y de disfrutar de un sueño más reparador. Sin embargo, es importante evitar actividades demasiado estimulantes cerca de la hora de acostarse, ya que podría tener el efecto contrario y darle más energía.
Utilizar complementos de melatonina como Melamil puede ser una solución efectiva. La melatonina es una hormona natural que regula el ciclo del sueño y, además, contribuye a reducir el tiempo necesario para conciliar el sueño. De esta manera, tus hijos podrán retomar su rutina de sueño más fácilmente, asegurando que estén bien descansados y llenos de energía para comenzar el nuevo año escolar.