Cómo aliviar los cólicos en bebés: guía práctica para familias

Si tu bebé llora durante horas sin un motivo aparente y nada parece consolarle, es muy posible que esté sufriendo cólicos. Aunque es una situación estresante, especialmente si eres madre o padre primerizo. Los cólicos son frecuentes y temporales, y existen formas eficaces de aliviarlos. En esta guía te explicamos cómo identificarlos, qué hábitos diarios pueden ayudar y cuándo es conveniente consultar con el pediatra.

¿Qué son los cólicos del lactante y cómo identificarlos?

Los cólicos del lactante se definen por episodios de llanto intenso y prolongado, normalmente en bebés de entre dos semanas y cuatro meses de edad. Aunque no son peligrosos, pueden generar mucho malestar tanto en el bebé como en la familia. Reconocerlos es el primer paso para poder actuar con seguridad.

Síntomas frecuentes

  • Llanto repentino y agudo que dura más de tres horas seguidas, varios días por semana
     
  • Pataleo, puños cerrados y enrojecimiento facial
     
  • Abdomen duro o inflamado
     
  • Dificultad para calmarse incluso en brazos

Causas más comunes

Aunque no hay una causa única, los especialistas creen que pueden deberse a:

  • Inmadurez del aparato digestivo
     
  • Acumulación de gases
     
  • Tragar aire durante las tomas
     
  • Cambios en la microbiota intestinal
     
  • Sobreestimulación al final del día

Soluciones prácticas y hábitos que pueden ayudar

Frente a los cólicos, los pequeños gestos cotidianos marcan la diferencia. Incorporar ciertas rutinas, adaptar el momento de la toma y fomentar el contacto físico son formas eficaces de mejorar el bienestar de tu bebé.

1. Masajes, posturas y contacto piel con piel

Un masaje suave en el abdomen, siempre en el sentido de las agujas del reloj, puede aliviar la presión abdominal. También puedes probar con la posición "tigre en el árbol", en la que el bebé reposa boca abajo sobre tu antebrazo. Estas posturas facilitan la expulsión de gases.

El contacto piel con piel ayuda a calmar al bebé y también reduce el estrés de la madre o el padre. El simple hecho de estar cerca transmite seguridad y consuelo.

2. Cuidados en la alimentación: lactancia y eructos

A veces pueden surgir ciertas dificultades durante el periodo de lactancia, asegúrate de que el bebé se agarre bien al pecho o al biberón para evitar que trague aire. Tras cada toma, procura que expulse los gases con un buen eructo. También puedes ofrecer las tomas en un ambiente tranquilo y sin distracciones, lo que ayuda a evitar la sobrealimentación.

Si estás usando fórmula, consulta con tu pediatra por si es necesario hacer ajustes porque unos pequeños cambios pueden suponer una gran mejora.

3. Complementos suaves como Colimil Baby

Cuando los cólicos persisten a pesar de estas medidas, existen complementos alimenticios diseñados específicamente para apoyar el bienestar digestivo del bebé.

Colimil Baby es una opción suave y eficaz que combina extractos de camomila, melisa y probióticos. Estos ingredientes están cuidadosamente seleccionados por su efecto reconfortante en el sistema digestivo. Apto desde el nacimiento y sin conservantes, Colimil Baby está formulado para integrarse en la rutina diaria con total tranquilidad. 

Muchos padres han encontrado en él un aliado para esos días en los que nada parece funcionar.

Cuándo preocuparse y consultar al pediatra

Señales de alerta y diagnóstico diferencial

Consulta con tu pediatra si observas:

  • Fiebre, vómitos o diarrea persistente
     
  • Falta de apetito o pérdida de peso
     
  • Llanto que cambia en intensidad o forma
     
  • Heces anormales (con sangre o muy acuosas)

El profesional podrá descartar otros problemas como intolerancias, reflujo o infecciones, y ofrecerte una orientación personalizada.

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